Durante
la oración del Santo Rosario se meditan los misterios de nuestra fe.
En cada
rosario meditamos 5 misterios seguidos cada uno por un
Padre
Nuestro y diez Avemarías.
Los misterios
están
agrupados en cuatro:
Gozosos
(lunes y sábados)
Luminosos
(jueves)
Dolorosos
(martes y viernes)
Gloriosos
(miércoles y domingos)
Meditamos en el
corazón, como María. Con ella vamos a Jesús para entregamos
al Padre.
A medida que decimos las oraciones vocales, vamos pensando
en los
principales misterios de nuestra Redención.
Ver también:
Rosarium Virginis Mariae
Los Misterios Gozosos
(lunes
y sábados)
1
- La Anunciación.
(Lucas 1, 30-32, 38)
“El
ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia
delante de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo,
a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado
Hijo del Altísimo (...). Dijo María: He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tú palabra.”
|
2
- La Visitación (de María a su prima Santa Isabel).
(Lucas 1, 39-43)
“En aquellos días, se levanto
María y se fue con prontitud a la
región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías
y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo
de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena
del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: bendita tú entre
las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de donde a mí
que la madre de mi Señor venga a visitarme?”
|
3
- El Nacimiento de Jesús
(Lucas 2, 6-11)
“Y
sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días
del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en
pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
alojamiento. Había en la misma comarca algunos pastores (...) se les
presentó el Ángel del Señor, (...)y les dijo: no temáis, pues os
anuncio
una
gran alegría, (...) os ha nacido (...) un salvador.”
|
4
- La Presentación
(Lc 2, 22-25, 34-35)
“Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está
escrito en la Ley del Señor. (...) Y he aquí que había en Jerusalén un
hombre llamado Simeón que esperaba la consolación de Israel; y
estaba en él el Espíritu Santo. (...)Simeón les bendijo y dijo a
María,
su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel,
y para ser señal de
contradicción- ¡y a ti misma una espada te traspasará
el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos
corazones.”
|
5
- El Niño Perdido y Hallado en el Templo
(Lc 2, 41-47)
“Sus
padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. (...)
Subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados
los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus
padres(...).
Se volvieron a Jerusalén en su busca(...). Al cabo de tres días, le
encontraron en el templo sentado en medio de los maestros,
escuchándoles
y
preguntándoles; todos los que le oían, estaban
estupefactos
por su
inteligencia y
sus respuestas.”
|
Los Misterios
Luminosos
(jueves)
Ver carta apostólica
Rosarium Virginis Mariae,
X-2002
1
- Su
bautismo
en el Jordán
(Mt
3,
13,
16-17)
“Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan,
para ser bautizado
por él (...). Salió luego del agua; y en esto se abrieron
los cielos y vio al
Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía
sobre él. Y una voz
que salía de los cielos decía: Este es
mi
Hijo amado,
en quien yo me
complazco.”
|
2
-
Su
autorrevelación en las bodas del Caná
(Jn
2,1-5)
“Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre
de Jesús. Fue
invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.
Y, como faltara vino,
porque se había acabado el vino de la boda,
le dice a Jesús su
madre: No tienen vino. Jesús le responde:
¿Qué tengo yo
contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.
Dice su madre a los
sirvientes: Haced lo que él os diga.”
|
3
- Su Anuncio
del Reino de
Dios, invitando a la conversión
(Mc 1, 15,
21; 2,3-11;
Lc 7, 47-48)
“Marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El
tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y
creed en la Buena Nueva (...). [Luego] llegan a Cafarnaúm (...) y le
vienen a traer a un paralítico. (...) Al no poder presentárselo a
causa de la multitud, abrieron el techo (...) y a través de la
abertura que hicieron, descolgaron la
camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice
al paralítico:
Hijo, tus pecados te son perdonados (...), a ti te digo, levántate,
toma tu
camilla y vete a tu casa.” (Lc
7,
47-48)
Por eso te digo que quedan
perdonados sus muchos pecados,
porque ha mostrado mucho amor.
A quien poco se le perdona,
poco amor muestra.»
Y le dijo a ella:
«Tus
pecados quedan
perdonados.»
|
4
- Su Transfiguración
(Mt 17, 1-3,
5)
“Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su
hermano
Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró
delante de ellos:
su rostro se puso brillante como el sol y sus
vestidos se volvieron blancos
como la luz. En esto, se les aparecieron
Moisés y Elías que conversaban
con él. (...) [Y] una nube luminosa los
cubrió con su
sombra
y de la nube
salía una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en
quien
me complazco;
escuchadle."
|
5
- Institución de la Eucaristía,
expresión sacramental del misterio pascual.
(Jn, 13,
1; Mt 26, 26-29)
“Sabiendo Jesús, que había llegado su hora de pasar de este mundo al
Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó
hasta el extremo”.
Y “mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo
bendijo,
lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomad, éste es
mi cuerpo. Tomó luego una copa y,
dadas las gracias, se la
dio diciendo:
bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre
de la Alianza,
que es derramada por muchos para perdón de
los
pecados” . |
Los Misterios Dolorosos
(martes y viernes)
1
- La Agonía en el Huerto
(Lc 22, 39-46)
“Va Jesús con
ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a
los discípulos:
Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando
consigo a Pedro y a
los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir
tristeza y angustia.
Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,”
y dijo: “Padre si
quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga
mi voluntad sino la
tuya. “Y sumidoen agonía, insistía más en su
oración. Su sudor se
hizo como gotas espesas de sangre que
caían en tierra” (Mt
26, 36-37; Lc 22, 41-44). |
2
- La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo
(Jn
18, 33, 19;1)
(Pilato)
“volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro
ningún delito en él
(...). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad
al Rey de los judíos?
Ellos volvieron a gritar diciendo:
¡A ése, no; a
Barrabás! (...) Pilato entonces tomó a
Jesús y mandó
azotarle” .
|
3
- La Coronación de Espinas
(Mt 27, 29-30)
Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron
sobre su
cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando
la
rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve,
Rey de
los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña
y le
golpeaban en la cabeza.”
|
4
- Jesucristo, la cruz a cuestas y camino al Calvario.
(Mt, 27, 31;
Jn 19, 17; Mc 15, 21)
“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto,
le
pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”.
“Y él
cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”.
“Y
obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (...)
a que
llevara su cruz.” |
5
- La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor
(Lc
23, 33-34, 44-46; Jn 19, 33-35)
“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (...)
Jesús
decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (...).
Era ya
cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo
oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (...). Jesús, dando
un
fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y,
dicho
esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no le quebraron
las
piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado
con una
lanza y al instante salió sangre y agua.”
|
Los Misterios Gloriosos
(miércoles y domingo)
1
- La Resurrección del Señor
(Mt 28,
5-6)
“El Ángel se dirigió a las mujeres
y les dijo: Vosotras no temáis,
pues sé que buscáis a
Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha
resucitado, como lo
había dicho. Venid, ved el lugar donde
estaba. Y ahora id en
seguida a decir a sus discípulos:
Ha resucitado de
entre los muertos”
|
2
- La Ascensión
(Lc 24, 50-51; Mc 16, 20)
Jesús “los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos,
los
bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía se separó de
ellos y
fue llevado al cielo.” Después “salieron a predicar por
todas
partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la
Palabra
con las señales que la acompañaban.”
|
3
- La Venida del Espíritu Santo en Pentecostés
(Hch 1, 14; 2, 1-4)
“Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu
en
compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús,
y de sus
hermanos. (...) Al llegar el día de Pentecostés, estaban
todos
reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un
ruido
(...) que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se
les
aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron
y se
posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos
del
Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según
el
Espíritu les concedía expresarse” |
4
- La Asunción de la Virgen Santísima
(Ct 2, 10-11, 14)
“¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y vente! Porque, mira,
ha
pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. (...)
Muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce,
y bello
tu semblante.”
|
5
- La Coronación de la Virgen Santísima como Reina de Cielos y
Tierra.
(Sal. 45, 14-15; Ap 11, 19;12, 1)
“Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro
recamados; con sus brocados es llevada ante el rey.” Y “una gran
señal
apareció en el cielo; una mujer, vestida del sol, con la luna
bajo sus
pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.”
|
Según la
tradición, la reflexión de los misterios es la parte del rosario que la
Virgen le explicó a Sto. Domingo con mucho cuidado. Cuando pensamos en
Jesús, meditando los misterios de la revelación, profundizamos nuestra fe y
valoramos lo que El ha hecho por nosotros. La mejor forma de lograr esa
meditación es hacerla con Su Santísima Madre, la Virgen María. Empezamos a
comprender, a la vez, el gran papel que juega María en nuestra Redención.
Los misterios del rosario nos acercan más a Jesús y a María.
|