¡Alégrate,
el Señor está contigo!
Mensaje Espiritual
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Miércoles,
8 de noviembre de 2023
Semana 31ª durante el año
Feria– Verde
Romanos 13, 8-10 /
Lucas 14, 25-33
Salmo responsorial Sal 111, 1-2.4-5.9
R/.
“Feliz el que se compadece y da prestado”
Santoral:
Beato Juan Duns Scot, San Godofredo, San Andrés
Avelino,
Beata Isabel de la Trinidad, San José Nguyen Dinh
Nghi
y San Juan Bautista Con, San Martín Ta Duc Thin,
Martín Tho y Pablo Nguem Ngam
¿Es hermosa la vida?
No se comprende cómo hay personas
que no tengan ojos para verla.
Una vida plena de sentido, orientada hacia un
ideal,
animada a cada instante por una meta
que uno se ha propuesto.
Una vida en la que todo tiene sentido porque todo
tiene una finalidad concreta y precisa.
Una vida que se ve iluminada por una luz estelar
que sirve para no perder la ruta y sentir la
seguridad
de saber que se va por el buen camino.
Es hermoso saber que se va adelantando en esa
ruta,
dejando detrás de sí semillas de bondad y de amor
que un día germinarán, brotarán
y se expresarán en frutos de vida.
Es hermoso constatar que uno está ocupando
un lugar en la vida y desempeñando una función
que,
pese a ser personal, tiene una proyección
comunitaria
para la humanidad; al menos para aquella parte
de la humanidad que tiene contacto personal
conmigo.
Y saber que, gracias a mí, la humanidad
es un poquito mejor, siente un poco más de
alegría,
de optimismo, de amor, de ansias de vivir y,
sobre todo, de vivir bien.
Pero también es importante saber que, además de
vivir bien,
es preciso que nos orientemos a vivir el bien.
Aunque es verdad que si todo esto es hermoso
porque esa vida tiene un ideal que ennoblece y
dignifica,
debe ser extremadamente desolador el comprobar
que no hemos hecho nada de positivo,
que no dejamos nada detrás de nosotros.
¡Qué triste debe ser una vida gris, sin ideales
que eleven,
sin ansias que impulsen, sin siembra de semillas
que luego nos perpetúen!
Piensa si hace falta que pongas en tu vida
una gotita de Dios en cada uno de tus actos.
Yo te aseguro que, si pones esa gota de Dios
en cada cosa que haces, tu vida será plena,
saturada de luz, te sentirás feliz
y contagiarás felicidad.
Así, cambiarás el mundo.
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