¡Alégrate, el Señor está contigo!

Mensaje Espiritual

 

 

 

Martes, 27 de junio de 2023

Semana 12ª durante el año

Feria o Memoria libre - Verde / Blanco

Génesis 13, 2. 5-18 / Mateo 7, 6. 12-14

Salmo responsorial Sal 14, 2-4b. 5

R/. “¿Quién habitará en tu casa, Señor?”

 

Santoral:

San Cirilo de Alejandría, San Guillermo de Vercelli,

San Próspero,Santa Leonor y San Salomón

 

 

Susurros de Dios

 

Un hombre susurro:

“Dios háblame”.

Y entonces cantó un pajarito.

Pero el hombre no escuchó.

 

Entonces el hombre gritó:

“Dios, háblame”,

y entonces se oyeron truenos

a través de un colchón de nubes.
Pero de nuevo el hombre no escuchó...

El hombre miró a su alrededor y dijo:

“Dios, déjame verte”.
Y una estrella brilló en el firmamento

como nunca había brillado.

Pero el hombre no miró al cielo y no la vio...

 

Entonces el hombre indignado fuertemente gritó:
“Dios, déjame ver un milagro”.

¡Y nació su hijo!
Pero el hombre no se dio cuenta de la nueva

e irrepetible vida que comenzaba...

 

Entonces gritó desesperado:
“Dios, tócame, déjame sentirte”.
En ese momento, Dios bajó del cielo

y tocó al hombre en su mejilla suavemente. .
Pero el hombre quitó la linda mariposa

de su mejilla y siguió su camino.

 

Esto nos debe recordar que Dios

siempre está a nuestro lado,

en todo, en lo grande y lo sencillo,

al igual que en cosas a las que

no le prestamos mucha atención.

Inclusive en nuestra era electrónica.

 

Por eso el hombre, cuando llorando gritó:

“Dios, necesito tu ayuda”,

en ese momento le llegó un mensaje

de correo electrónico con buenas noticias,

dándole aliento, y con la oración

y el abrazo de alguien que le quería.
Pero el hombre no lo vio...

El siguió trabajando y lo borró sin leerlo.

 

No te pierdas de una oración

ni de un buen amigo (a)
porque la envoltura no es lo que tú esperas. . .
Dios nos habla a través de las personas

más sencillas y menos esperadas.

 

Este mensaje tiene instrucciones

de que se lo envíe a todo aquel
a quien yo quiera que Dios

le de su bendición, y yo te escogí a ti.

 

Tú puedes hacer lo mismo y enviárselo

a quien tú quieras bendecir también.

Espera siempre lo inesperado.

 

¡Que Dios nos bendiga!
¡Que tengas un bello día!