Martes,
7 de noviembre de 2023
Bienaventurada Virgen María, Madre
y Medianera de la Gracia
Memoria obligatoria – Blanco
Romanos 12, 5-16a /
Lucas 14, 1a.15-24
Salmo responsorial Sal 130, 1-3
R/.
“¡Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor!”
Santoral:
María, Madre y Medianera de la Gracia,
San Ernesto, San Engelberto
y Beato Francisco Palau y Quer
Olvida el ayer
Recordar los malos ratos del pasado
no aporta nada positivo al presente.
¿Por qué detenerse en el pasado
si lo que importa es el futuro?
El espejo retrovisor del automóvil
te muestra el camino recorrido y sirve
únicamente de aviso para ver
los vehículos que te piden el paso
y que podrían poner en peligro
tu propio viaje.
El pasado sirve de base al presente,
como los muros del primer piso que hoy
sostienen la azotea de mañana.
Quien está en el primer piso quiere
sencillamente subir a la terraza y no
detenerse escarbando en los cimientos
de la casa porque encontraría sólo alacranes.
Sube y contempla las estrellas
que te muestran los caminos del futuro
y deja que la animalidad se pierda entre
los terrenos del suelo húmedo y frío.
No vuelvas al pasado que se ha ido
y no regresará jamás. Si regresara sería
un gran impedimento para tu progreso.
Lo que pasó, pasó. La vida pasada
te dejó experiencias y conocimientos
que tendrías que aprovechar.
El estudiante experimenta en el laboratorio
con instrumentos de química. Al salir del aula
se lleva los conocimientos y deja las probetas
y elementos porque ya no le sirven.
¿Qué ganamos con recordar errores,
cuyas consecuencias nos hacen sufrir,
si ya es imposible corregirlos
y su recuerdo constante puede
arruinar nuestro camino?
Por eso, no vuelvas al pasado
y mira hacia el porvenir.
No remuevas la tierra con la azada
y planta frutales que mañana
te abriguen y alimenten.
Olvida el ayer y orienta el corazón
hacia mañana. Cuando el hoy despuntó
con la aurora del nuevo día, el ayer
había concluido. Táchalo en la hoja
de tu vida.
Prepara tus lecciones para el examen
de mañana porque en el examen de ayer
fuiste aprobado con notas demasiados bajas.
Levántate y camina hacia lo alto y hacia
adelante, dejando que los muertos en espíritu
entierren a sus muertos.
(Mateo 8,22)