¡Alégrate,
el Señor está contigo!
EVANGELIO DEL DÍA
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Jn 6, 68
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Domingo, 22 de Octubre de 2023
DOMINGO
29°
DURANTE EL
AÑO
Isaías 45, 1. 4-6 / 1 Tesalonicenses 1, 1-5b /
Mateo 22, 15-21
Salmo Responsorial Sal 95, 1.3-5. 7-10a.c
R/. "Aclamen la gloria y el poder del Señor"
Santoral:
Santa Irene, Santa Bertilia, Beata Adelina
y Beato Contardo Ferrini
LECTURAS DEL DOMINGO 22
DE
OCTUBRE DE 2023
DOMINGO
29°
DURANTE
EL AÑO
Tomé a Ciro de la mano derecha,
Para someter ante él a las naciones
Lectura del libro de Isaías
45, 1. 4-6
Así habla el Señor a su ungido,
a Ciro, a quien tomé de la mano derecha,
para someter ante él a las naciones
y desarmar a los reyes,
para abrir ante él las puertas de las ciudades,
de manera que no puedan cerrarse.
Por amor a Jacob, mi servidor,
y a Israel, mi elegido,
yo te llamé por tu nombre,
te di un título insigne,
sin que tú me conocieras.
Yo soy el Señor, y no hay otro,
no hay ningún Dios fuera de mí.
yo te hice empuñar las armas,
si que tú me conocieras,
para que se conozca,
desde el Oriente y el Occidente,
que no hay nada fuera de mí.
Yo soy el Señor, y no hay otro.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
95, 1.3-5. 7-10a.c
R.
Aclamen la gloria y el poder del Señor.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
anuncien su gloria entre las naciones,
canten al Señor, bendigan su Nombre.
R.
Día tras día, proclamen su victoria.
Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.
R.
Porque el Señor es grande y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Los dioses de los pueblos no son más que
apariencia,
pero el Señor hizo el cielo.
R.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del Nombre del Señor.
Entren en sus atrios trayendo una ofrenda.
R.
Adoren al Señor al manifestarse su santidad:
¡Que toda la tierra tiemble ante Él!
Digan entre las naciones:
«¡el Señor reina!
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud». R.
Tenemos presente la fe, el amor y la esperanza de
todos ustedes
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica
1, 1-5b
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de
Tesalónica, que está unida a Dios Padre y al Señor
Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz.
Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes,
cuando los recordamos en nuestras oraciones, y sin
cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro
Padre, cómo ustedes han manifestado su fe con
obras, su amor con fatigas y su esperanza en
nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia.
Sabemos, hermanos amados por Dios, que ustedes han
sido elegidos. Porque la Buena Noticia que les
hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente
con palabras, sino acompañada de poder, de la
acción del Espíritu Santo y de toda clase de
dones.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que
es de Dios
X Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo
22, 15-21
Los fariseos se reunieron para sorprender a Jesús
en alguna de sus afirmaciones. Y le enviaron a
varios discípulos con unos herodianos, para
decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que
enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin
tener en cuenta la condición de las personas,
porque Tú no te fijas en la categoría de nadie.
Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el
impuesto al César o no?»
Pero Jesús, conociendo su malicia, le dijo:
«Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa?
Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto».
Ellos le presentaron un denario. Y Él les
preguntó: «¿De quién es esta figura y esta
inscripción?»
Le respondieron: «Del César».
Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César,
y a Dios, lo que es de Dios».
Palabra del Señor.
Reflexión
LOS DEBERES SOCIALES Y POLÍTICOS SON TAMBIÉN
DEBERES RELIGIOSOS
1.-
Pagadle al Cesar
lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.
Somos cristianos las veinticuatro horas del día,
somos cristianos cuando pensamos, cuando hablamos
y cuando actuamos. Y como cristianos que somos,
debemos siempre actuar en cristiano amando a Dios
y al prójimo siempre y al mismo tiempo, no primero
a Dios y después al prójimo, o al revés. Cuando
Jesús les dice a los fariseos que paguen al Cesar
lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios, no
les dice que primero es una cosa y después otra,
sino que las dos son siempre necesarias, al mismo
tiempo. Cristo no separa la religión de la
política. El ser ciudadano comporta unos deberes
para con el Estado y con el prójimo, y para
nosotros, los cristianos, esos deberes sociales y
políticos son también deberes religiosos. El no
pagar los impuestos justos, o pedir que nos paguen
nuestro trabajo en metálico, sin <IVA>, o no pagar
un salario justo a los obreros que trabajan en mi
empresa, o ser corruptos, o hacer cualquier cosa
que quebrante un mandato social o político
legítimo, etc., es quebrantar un mandamiento
religioso. Un buen cristiano es siempre un buen
ciudadano. Los fariseos del evangelio de hoy,
según san Mateo, eran nacionalistas judíos que
aconsejaban no pagar impuestos al Estado romano,
por considerarlo un Estado invasor, en oposición a
otros grupos judíos que decían que sí era
necesario pagar los impuestos, para evitar males
mayores. Por eso, la pregunta que hicieron os
fariseos a Jesús era una pregunta trampa. Jesús
dijera lo que dijera podría ser acusado por unos o
por otros de colaboracionista o de opositor al
Estado romano. Jesús, en su respuesta, lo que les
dice es que sean buenos ciudadanos judíos y buenos
judíos practicantes de su religión, sin oponer lo
uno a lo otro. Unamos, pues, nosotros nuestros
deberes sociales y políticos con nuestros deberes
religiosos, pues los dos deben ir siempre juntos.
Amar a Dios y al prójimo es un solo mandamiento;
quien de verdad ama a Dios está amando al mismo
tiempo al prójimo, y quien ama de verdad al
prójimo está amando al mismo tiempo a Dios.
2.-
Así dice el Señor
a su Ungido, Ciro, a quien lleva de la mano…, te
llamé por tu nombre, aunque no me conocías…, te
pongo una insignia, aunque no me conoces, para que
sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera
de mí. Yo soy el Señor y no hay otro.
Ciro era un rey persa,
no judío, que no conocía al Dios de los judíos,
sin embargo Dios hace de él su Ungido, hace de él
un instrumento necesario para conseguir la
restauración del templo judío, permitiendo que los
desterrados judíos pudieran volver a Jerusalén. Yo
creo que este puede ser un buen ejemplo para
nosotros: debemos reconocer las virtudes
cristianas de los que, sin profesar la religión
cristiana, practican el mandamiento cristiano de
amor a Dios y al prójimo. Hay personas no
cristianas que, en su vida cotidiana, nos dan
ejemplo de virtud cristiana. Debemos juzgar a las
personas por lo que hacen, sin fijarnos tanto en
la religión que profesan. Vivimos en mundo muy
plural y nuestra religión depende mucho de las
circunstancias espaciales y temporales en las que
hemos nacido y nos han educado. Todo el que hace
obras cristianas es, de algún modo, cristiano.
3.-
Ante Dios,
nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad
de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el
aguante de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro
Señor. San
Pablo agradece a los primeros cristianos de
Tesalónica su fe, su esperanza y su amor
cristiano, en medio de las grandes dificultades
sociales en las que vivían. En los tiempos
difíciles es cuando tenemos que demostrar los
cristianos la fuerza de nuestro espíritu cristiano
y nuestra profunda convicción cristiana. No
vivimos hoy en una sociedad que nos facilite el
ejercicio de la fe, la esperanza y el amor
cristiano, pero esto, en lugar de desanimarnos, lo
que debe hacer es fortalecernos con la fuerza del
Espíritu de Cristo. Si cada uno de nosotros, como
los primeros cristianos de Tesalónica, tiene una
fe activa, un amor esforzado y una esperanza
firme, siguiendo el ejemplo de Cristo, seguro que
seremos un fermento activo de cristianismo en la
sociedad en la que nos ha tocado vivir.
Gabriel González del Estal
www.betania.es
IGLESIA EN SALIDA
1.-
"Dad al César lo
que es del César y a Dios lo que es de Dios".
Esta afirmación de Jesús puede entenderse de
muchas maneras, no siempre concordantes con el
sentido que quiere transmitirnos el Evangelio. Hay
quien saca la conclusión de que el cristiano no
debe meterse en política, otros se atreven a decir
que la religión es algo que "pertenece al ámbito
de lo privado", hay quien sugiere que hay que
aceptar sin rechistar las decisiones de la
autoridad civil, mande lo que mande...". ¿Cómo
debemos entender esta expresión? En primer lugar,
analicemos el contexto: son los herodianos y los
fariseos los que quieren meter en apuros a Jesús.
Ambos son colaboracionistas del poder romano
dominante, al contrario de los zelotes o de los
saduceos que no aceptan este dominio. Quieren que
tome partido. Jesús no cae en la trampa, porque su
mensaje no es partidista, sino universal y, al
mismo tiempo, demuestra que, ante todo, sus
seguidores tienen que ser buenos ciudadanos.
Proclama, en cierto modo, lo que después el
Concilio Vaticano II explicó: la autonomía de la
fe con respecto al poder político. En épocas
pasadas se unieron las dos realidades y la
consecuencia fue nefasta para la Iglesia,
supeditada y dominada por el Estado. Se dio lugar
a una situación de "Cristiandad", en la que
difícilmente podía darse una personalización de la
vivencia religiosa.
2. –
Comprometidos con
nuestro mundo.
El cristiano, no obstante, no debe desentenderse
de lo que ocurre en la sociedad, porque somos
ciudadanos del mundo y hemos aceptado el
compromiso de transformarlo según los criterios
evangélicos. Hoy se habla mucho de “laicidad” y
"laicismo". En un sentido positivo, laicidad puede
entenderse como la lógica autonomía y respeto
entre lo temporal y lo religioso dentro de un
estado no-confesional. Pero esta autonomía no la
entienden bien quienes niegan cualquier
intervención del creyente en lo temporal y reducen
su actuación a lo privado. Entonces caemos en el
"laicismo", que trata de encorsetar lo religioso
como algo perteneciente al individuo aislado,
negando a la fe cualquier tipo de expresión o
manifestación. Incluso hacen gala de un cierto
odio o persecución hacia todo lo religioso,
considerando que hace daño a la sociedad. Quien
esto hace practica un ateísmo confesional, que
impide a los demás manifestar un sentimiento tan
humano como es la fe religiosa. La expresión "A
Dios lo que es de Dios" conlleva reconocer qué es
lo que debemos hacer para honrarle y demostrarle
nuestro amor: su voluntad es que colaboremos en la
construcción de un mundo más humano y esto implica
denunciar lo que es injusto, eliminar las
estructuras injustas de pecado y comprometerse
–tomar partido en el sentido positivo– en todo
aquello que realiza al hombre como persona y le
confiere la dignidad de hijo de Dios. El Papa
Francisco está consiguiendo con su magisterio
limar las asperezas y el odio hacia la Iglesia en
ciertos sectores. Su mensaje de “Iglesia en
salida” y “hospital de campaña” está calando en la
sociedad. Muchos respetan la actuación coherente
de nuestro Papa y esto, sin duda, ayuda a toda la
Iglesia. No hace mucho un alto dirigente de un
partido político radical confesaba en privado que
él era “muy bergogliano”.
3. –
Trabajar por la
humanización de nuestra tierra.
Hemos de crear una conciencia de participación y
colaboración en las estructuras del mundo:
trabajo, comunidad de vecinos... La comunidad
cristiana debe ser creadora de comunión humana.
Debe participar en lo que hoya se llama “sociedad
civil”. Nuestra profesión de fe debe dar un
testimonio de caridad interna que sea muestra de
credibilidad ante una sociedad rota, sectorizada y
dividida. Este testimonio es la base de su acción
transformadora. Es una comunidad humanizadora del
territorio donde los hombres pierden el anonimato,
son conocidos por sus nombres, los marginados se
integran, se denuncian los racismos, se trabaja
por una sociedad basada en nuevos valores. Dentro
de toda su acción, destaca el servicio a los
pobres, como sello de auténtica evangelización. La
comunidad cristiana está llamada a ser la
comunidad pública donde el corazón de Dios sigue
latiendo en medio de la sociedad y donde es
posible dar crédito al amor. La cercanía y la
comunión humanas tienen que ser signos de la
comunión en la fe. Humanizar el territorio es
hacer presente la salvación, es decir hacer la
realidad humana más habitable y más en comunión.
La Iglesia no debe cobijarse en sí misma, sino que
debe romper sus fronteras para encontrar su campo
de acción en el mundo donde está situada. Y en él
desarrollar una evangelización tanto por el
anuncio explícito de Jesucristo como por el
trabajo por un cambio de estructuras sociales.
Conocer la persona y el mensaje de Jesús supone la
salida al mundo para evangelizar y darle una
respuesta cristiana.
4. -
Hay que construir
una comunidad capaz de evangelizar a los pobres.
La renovación que pide nuestro tiempo es una
conversión clara a los "nuevos pobres"
espirituales y materiales y un compromiso en la
transformación de las estructuras de pecado que
generan la pobreza. Para ello es necesario: educar
en la fraternidad y solidaridad, algo fundamental
en un mundo que educa en el individualismo y la
competencia, y fomentar las actitudes cristianas
de denuncia y compromiso. El cristiano, llegado el
caso, puede hacer "objeción de conciencia", cuando
una ley dictada por el poder atente contra los
principios básicos de la fe o de la dignidad
humana. Sería una desobediencia civil. ¿Es esto...
meterse en política?
José María Martín OSA
www.betania.es
PUES ESO… A DIOS LO QUE LE CORRESPONDE
Mientras en algunos continentes, la fe católica y
apostólica, sigue sosteniendo y sigue siendo
referencia en el modo de vivir, pensar y regir de
muchos pueblos, nos encontramos – severo contraste
serio e incomprensible–
con una Europa que intenta arrinconar a Dios al
santuario de la privacidad de cada persona. ¿Es
bueno? ¡Por supuesto que no! El mundo, la tierra,
sus habitantes…todo es de Dios y, por lo tanto,
con el Evangelio en la mano –como cristianos–
nos hemos de comprometer a ofrecer y dar a Dios lo
que es de Dios, lo que es creación suya.
1.- Qué pena que, algunos –los que piensan que son señores y
amos; los nuevos césares del mundo– especulen que
pueden cambiar a su antojo los modos y las formas
de vivir de las sociedades. Qué contradicción más
grande que, aquellos que invitan a cabalgar en la
flamante riqueza, de repente, abandonen a la
intemperie y dejen preocupados a gran parte de ese
mismo mundo cuando, por ejemplo la crisis
económica, hace que se tambalee ese edificio
postizo y efímero del dinero.
Hoy,
nuestros ojos no solamente observan y se conforman
con la realidad en la que vivimos, creemos y
expresamos nuestra fe; eso sería muy poco
Hoy,
nos aventuramos con el Señor, porque no queremos
arrodillarnos ante ningún “dios” sino, sólo y
exclusivamente ante El
Hoy, como Pablo, conscientes
de que hay muchísima gente que no conoce a
Jesucristo, muerto y resucitado por la salvación
de la humanidad, nos preguntaremos y
reflexionaremos seriamente si estamos haciendo
poco, mucho o nada por el Evangelio.
2.- Constantemente, a través de los diversos medios de
comunicación social, sale el testimonio de miles
de hombres y mujeres –los misioneros– que son
encumbrados y puestos como modelo de referencia
por su buen hacer. Pero, ¿de dónde les viene esa
gratuidad y generosidad? Desde luego no desde el
puro altruismo. Dios, sólo Dios –y lo recuerdan
por activa y por pasiva– es el motor de todo lo
que se llevan entre manos. Quien vea a los
misioneros como si fueran una especie de ONG están
traicionando y eludiendo la razón primera y última
de lo que son: como Pablo misioneros por vocación.
3.- Hoy, y como si de una carambola se tratara, el Evangelio
viene como anillo al dedo: ser católico no
significa desentenderse de la realidad cotidiana;
de los conflictos que sacuden nuestra convivencia.
Jesús, con su respuesta sabia y ocurrente, huía de
una trampa con la que le pretendían acorralar o
desautorizar los fariseos. Les importaba, por
todos los medios, ponerlo contra las cuerdas,
presentarlo como aquel que iba en contra de los
principios establecidos. Como cristianos estamos
llamados a iluminar las decisiones de los “nuevos
césares” con la luz del evangelio. No tenemos más
Dios que Aquel que está en los cielos. Algunos,
sobre todo los enemigos de todo lo que huela a
Iglesia, se convertirán de repente en afamados
teólogos oportunistas al repetirnos “a Dios lo que
es Dios y al César lo que es del César”. Eso sí, a
continuación, intentarán con todos medios a su
alcance, quitar el pan y hasta el agua a todos
aquellos que intentan vivir según Dios y no con
ciertos dictados de una sociedad caprichosa y
servil de intereses no precisamente generales.
Hoy,;
un momento privilegiado para ponernos en pie y,
como Pablo, gritar a los cuatro vientos: “sé de
quién me he fiado”.
Hoy, los misioneros, necesitan de nuestra ayuda económica para llevar
el anuncio del Evangelio a tantos rincones del
mundo o promover el bienestar social, educativo o
sanitario allá donde, en el nombre del Señor,
estén llamados a elevar la dignidad de las
personas.
Hoy,;
si Dios nos ha dado tanto. ¡Cómo no vamos a darle
algo de lo mucho que nos ha regalado! ¡A Dios lo
que es de Dios! Que nuestra generosidad, junto con
nuestra oración –que también es don divino– sea en
esta
jornada,
un claro exponente de que, como Pablo, también
aquí, hoy y ahora, podemos ser misioneros por
vocación, con convencimiento y con entusiasmo.
¿Estamos dispuestos?
Javier Leoz
www.betania.es
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