¡Alégrate,
el Señor está contigo!
EVANGELIO DEL DÍA
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Jn 6, 68
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Domingo, 18 de Julio de 2021
DOMINGO 16° DURANTE EL AÑO
Jeremías 23, 1-6 / Efesios 2, 13-18
/ Marcos 6, 30-34
Salmo Responsorial, Sal 22, 1-6
R/. "El Señor es mi pastor, nada me puede faltar"
Santoral:
San Alejo, Santa Marcelina, Las Beatas Carmelitas
de Compiègne y San Pedro Liu Ziyn
LECTURAS DEL DOMINGO 18 DE JULIO DE 2021
DOMINGO 16° DURANTE EL AÑO
Reuniré el resto de mis ovejas
y suscitaré para ella pastores
Lectura del libro de Jeremías
23, 1-6
¡Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi
pastizal! –oráculo del Señor–.
Por eso, así habla el Señor, Dios de Israel, contra los pastores
que apacientan a mi pueblo. Ustedes han dispersado
mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado
de ellas. Yo, en cambio, voy a ocuparme de
ustedes, para castigar sus malas acciones –oráculo
del Señor–.
Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países
adonde las había expulsado, y las haré volver a
sus praderas, donde serán fecundas y se
multiplicarán. Yo suscitaré para ellas pastores
que las apacentarán; y ya no temerán ni se
espantarán, y no se echará de menos a ninguna
–oráculo del Señor–.
Llegarán los días –oráculo del Señor–
en que suscitaré para David un germen justo;
Él reinará como rey y será prudente,
practicará la justicia y el derecho en el país.
En sus días, Judá estará a salvo
e Israel habitará seguro.
Y se lo llamará con este nombre:
«El Señor es nuestra justicia».
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 22, 1-6
R.
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas.
R.
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
R.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.
R.
Cristo es nuestra paz, Él ha unido a los dos pueblos en uno solo
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Éfeso
2, 13-18
Hermanos:
Ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han
sido acercados por la sangre de Cristo.
Porque Cristo es nuestra paz: Él ha unido a los dos pueblos en
uno solo, derribando el muro de enemistad que los
separaba, y aboliendo en su propia carne la Ley
con sus mandamientos y prescripciones.
Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia
persona, restableciendo la paz, y los reconcilió
con Dios en un solo Cuerpo, por medio de la cruz,
destruyendo la enemistad en su persona.
Y Él vino a proclamar la Buena Noticia de la paz, paz para
ustedes, que estaban lejos, paz también para
aquéllos que estaban cerca. Porque por medio de
Cristo, todos sin distinción tenemos acceso al
Padre, en un mismo Espíritu.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Eran como ovejas sin pastor
a
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos
6, 30-34
Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y
le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para
descansar un poco». Porque era tanta la gente que
iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar
desierto. Al ver los partir, muchos los
reconocieron, y de todas las ciudades acudieron
por tierra a aquel lugar y llegaron antes que
ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de
ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo
enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.
Reflexión
JESUCRISTO NOS DA LA PAZ Y EL SOSIEGO
1.-
El reinado de la justicia y la salvación.
El texto de Jeremías es un oráculo mesiánico que
denuncia la ineptitud y corrupción de los reyes de
Judá, pero al mismo tiempo anuncia la restauración
de la dinastía de David. Dios eligió a David y "le
sacó de los apriscos del rebaño; de andar tras las
ovejas lo llevó a pastorear a su pueblo”. A
diferencia de David, muchos de esos reyes han
extraviado al pueblo en vez de encaminarlo.
Nabucodonosor ha destronado a Jeconías y ha
impuesto como rey a Sedecías. Aunque es de estirpe
davídica, su legitimidad de hecho se apoya en el
favor de Nabucodonosor. Jeremías anuncia la caída
del débil rey y denuncia los abusos de los malos
pastores. Dios cumplirá su promesa de modo nuevo y
con una intervención personal. Primero salvará "el
resto", o sea, la continuidad del pueblo de la
alianza. Después, frente al sucesor ilegítimo.
Dios suscita a David un "vástago legítimo", es
decir, "justo". Ese vástago de David estará al
servicio de la "justicia y el derecho", cosa que
no ha cumplido Sedecías, y unificará Israel con
Judá en un reino de paz. Frente al nombre impuesto
por Nabucodonosor, que no responde a la realidad,
el vástago llevará un nombre auténtico, aclamado
por todo el pueblo: "El Señor es nuestra
justicia". La repatriación prometida no es más que
el anticipo y el anuncio de los tiempos mesiánicos
en los que, al fin y de una forma imprevisible,
todo llegaría a su cumplimiento en Jesús, el Hijo
de David, el Buen Pastor. El Mesías será
descendiente de David, será rey para establecer el
reinado de la justicia y traer así la salvación.
2.-
El Salmo que nos da paz.
Merece la pena observar los rebaños de ovejas que
pastan en nuestros campos. Retozan a placer, pacen
a su gusto, descansan a la sombra. Nada de prisas,
de agitación o de preocupaciones. Ni siquiera
miran al pastor; saben que está allí, y eso les
basta. Libres para disfrutar prados y fuentes.
Alegres y despreocupadas, las ovejas no calculan
¿cuánto tiempo queda? ¿adónde iremos mañana?
¿bastarán las lluvias de ahora para los pastos del
año que viene? Las ovejas no se preocupan, porque
hay alguien que lo hace por ellas. Las ovejas
viven de día en día, de hora en hora. Y en eso
está la felicidad. Hemos recitado en el Salmo “El
Señor es mi pastor”. Sólo con que yo llegue a
creer eso, cambiará mi vida. Se irá la ansiedad,
se disolverán mis complejos y volverá la paz a mis
atribulados nervios. Vivir de día en día, de 'hora
en hora, porque él está ahí. El Señor de los
pájaros del cielo y de los lirios del campo. El
Pastor de sus ovejas. Si de veras creo en él,
quedaré libre para gozar, amar y vivir. Libre para
disfrutar de la vida. Cada instante es
transparente, porque no está manchado con la
preocupación del siguiente. El Pastor vigila, y
eso me basta. Es bendición el creer en la
providencia. Es bendición seguir las indicaciones
del Espíritu en las sendas de la vida.
3.-
Unidad en el amor.
Estamos muy acostumbrados a los extremismos
clasificatorios: buenos y malos, amigos y
enemigos, progresistas y conservadores,
nacionalistas y separatistas, etcétera. Algo
parecido pasaba en la Iglesia primitiva: lo normal
era pensar y actuar según la gran división
religiosa: judíos y gentiles. La lectura de la
carta a los Efesios viene a corregir nuestras
apreciaciones y a darles su verdadera perspectiva
cristiana. Al mundo hay que mirarlo desde la
perspectiva del sacrificio salvador de Cristo. En
su Sangre ya no hay ni cerca ni lejos, ni buenos
ni malos, ni judío ni gentil; sino sólo un único
pueblo de hermanos, unidos por la misma sangre de
Cristo, por el mismo amor del Padre común. Cristo
es nuestra paz y fuente de nuestra unidad. Nuestra
celebración eucarística tendrá que significar una
muerte a las divisiones internas y externas, y una
vida nueva de unidad y amor.
4.-
Necesitamos un pastor que nos llame.
Jesús es Dios con nosotros y delante de nosotros,
el único Pastor, el Buen Pastor que reúne a las
ovejas descarriadas: "Al desembarcar, Jesús vio
una multitud y le dio lástima de ellos, porque
andaban como ovejas sin pastor; y se puso a
enseñarles con calma". También hoy anda la gente
desorientada, también hoy caminamos por el mundo
como ovejas sin pastor. Cada vez tenemos más
problemas y menos soluciones: ¿Qué debemos creer?
¿qué debemos hacer?; ¿a qué debemos atenernos y a
quién podemos hacerle caso? El contraste de
pareceres nos confunde, y vemos que ni tan
siquiera los curas se ponen de acuerdo; ahora
vivimos desamparados, y la pregunta nos acosa por
todas partes. Esto nos da vértigo y nos produce
angustia y desasosiego, porque no estamos
acostumbrados a vivir a la intemperie de tantas
opiniones y tan contradictorias. En esa situación
es comprensible que algunos, quizás demasiados,
sientan nostalgia de las viejas seguridades. Y
esto es altamente peligroso para la verdadera
libertad, porque el miedo y la angustia es el
mejor caldo de cultivo de la demagogia. Muchos, no
pudiendo aguantar por más tiempo la desorientación
y la duda y no atreviéndose a buscar la verdadera
seguridad en Dios, se pierden adhiriéndose de
nuevo a cualquier pastor. Tengamos calma y
escuchemos atentos al Señor que nos habla con
calma. Cuando todas las verdades parecen
cuestionables, cuando no hay quien encuentre el
camino, cuando la vida se convierte en
problema..., Jesús nos dice: "Yo soy la Verdad, el
Camino y la Vida".
José María Martín OSA
www.betania.es
SEAMOS BUENAS OVEJAS DE CRISTO Y BUENOS PASTORES
DE LOS DEMÁS
1. Se
fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado…
Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio
lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin
pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Todos los cristianos debemos sentirnos, interior y
exteriormente, buenos discípulos, buenas ovejas,
de nuestro único pastor, que es Cristo. Cristo
debe ser para nosotros nuestro único camino,
nuestra única verdad y nuestra única vida. Es
evidente que, a lo largo de nuestra vida, tenemos
otros guías y maestros, como son nuestros padres y
educadores, pero cuando ya somos personas
cristianas adultas y responsables debemos
considerar a Cristo como nuestro único pastor, el
que nos marca, en cada caso concreto, el camino
que hemos de seguir, la verdad en la que debemos
creer y la única vida que debe vivir plenamente
dentro de nosotros. Pero no debemos olvidar que
también cada uno se nosotros somos en muchas
ocasiones pastores y guías de otras personas. Como
padres, o como educadores, o como amigos, o
simplemente como compañeros de las personas con
las que convivimos. Todos, queramos o no,
influimos en las personas con las que nos
relacionamos. Y si queremos ser buenos cristianos
debemos de intentar influir en ellos también
cristianamente en los demás. Con nuestras palabras
y con nuestro ejemplo. Sobre todo, de aquellas
personas a las que veamos, de una manera o de
otra, descarriadas, es decir, apartadas del único
pastor verdadero que es Cristo. Debemos hacerlo
siempre con amor y con mansedumbre, no pensando
principalmente en nuestro propio bien, sino
pensando siempre en el bien de esas personas a las
que consideramos apartadas de Cristo. Con nuestras
palabras y con nuestro ejemplo, como ya hemos
dicho, y también con nuestra oración. Las personas
que seguían tan ansiosamente a Jesús lo hacían
porque veían en él un auténtico guía y un
auténtico pastor. Que cuando los demás nos ven a
nosotros, nos vean también así: como a personas
interesadas sinceramente por su bien, por el bien
que Cristo vino a traernos a todos.
2.
Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer
las ovejas de mi rebaño… Mirad que llegan días en
que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará
como rey prudente, hará justicia y derecho en la
tierra.
El profeta Jeremías
se queja amargamente de los reyes y autoridades de
Israel que gobiernan pensando en su propio bien,
no en el bien de las personas gobernadas por
ellos. Le dice al pueblo que no se desanime,
porque Dios suscitará un vástago legítimo que hará
justicia y derecho en la tierra. También nosotros
tenemos en nuestro tiempo motivos suficientes para
quejarnos de nuestras autoridades, pero no
olvidemos que estas autoridades han sido
autoridades elegidas por nosotros mismos. Por eso
tenemos una gran responsabilidad en la elección
democrática de los que nos van a gobernar. En esta
sociedad de partidos políticos en la que nosotros
vivimos, los votantes tenemos la grave obligación
de votar al partido que mejor vaya a defender las
verdades cristianas que nosotros defendemos.
3.
Hermanos: ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por
la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes
estabais lejos. Él es nuestra paz.
San Pablo
les dice a los cristianos de Éfeso que Cristo con
su vida y con su muerte ha unido a los judíos con
los gentiles. Ya no hay distinción entre unos y
otros por motivos del cumplimiento de la ley
mosaica; a partir de ahora es la fe y la creencia
en Cristo lo que une a los dos pueblos. Esto mismo
es lo que debemos hacer ahora los cristianos en
nuestras relaciones con personas que pertenezcan
oficialmente a otras religiones, o a otros
pueblos. Todas las personas que crean en Cristo
son hermanos nuestros. En nuestros deseos de
ecumenismo no debemos fijarnos tanto en los ritos
que nos separan, sino en la fe que nos une. Cristo
debe ser nuestra paz, nuestra amistad verdadera,
con todos los que desean vivir según el evangelio
de Cristo El actual Papa Francisco debe ser, en
este tiempo, nuestro modelo religioso.
Gabriel González del Estal
www.betania.es
Y TÚ ¿QUÉ GANAS?
1.- Le preguntaba un amigo a otro que salía de una
iglesia de rezar: ¿Qué ganas tú rezando? El
interpelado, sinceramente y sin timidez alguna, le
respondió: no sé lo que gano pero pierdo odio,
vanidad, falsedad, envidia, prisas, agobios,
estrés e hipocresía. No sé lo que gano en este
lugar tranquilo que es la iglesia pero, sólo sé,
que cuando voy pierdo soberbia, tacañería,
debilidad, confusión y soledad
Con el Evangelio en la mano de este domingo,
caemos en la cuenta no sólo de lo que ganamos
marchando agarrados a la mano de Cristo sino,
además, de lo mucho y malo que dejamos de lado
cuando –en este lugar apartado de la misa
dominical– nos despojamos de todo lo peor de
nosotros mismos para revestirnos de todo lo mucho
y bueno que Dios nos da. ¿Gana algo la ropa al
llevarla a la tintorería? En principio, más que
ganar, pierde suciedad y recupera esplendor.
2.- Nunca como hoy la gente se mueve de un lado
para otro buscando paz y tranquilidad. Asciende el
montañero a las cumbres, se adentra en el mar el
navegante, se arriesga entre los acantilados el
aventurero y, otros tantos, buscan en agencias o
en las redes sociales, esferas donde librarse de
la vorágine que nos destruye o nos enerva ¿Nos
hemos parado a pensar que las humedades de las
paredes no se atajan desde fuera sino desde el
interior de las mismas? ¿Nos damos cuenta que, un
árbol enfermo en su tronco, no hay que curarlo en
su corteza sino desde su raíz?
3.- El ámbito tranquilo de Jesús de Nazaret no es
precisamente la oferta que nos ofrece el mundo
para un descanso puntual y necesario. ¡Va mucho
más allá! El descanso que nos ofrece Jesús es
desde dentro hacia fuera. No es un descanso de
hamaca sino de corazón. No es un relax de playa
sino de alma. No es un silencio sin ruido sino
ausencia del “yo” que es problema de muchas de
nuestras dificultades, distanciamientos, malos
entendidos y soledades.
-Descansar con Dios
es saber que su Palabra siempre tiene una
respuesta para cada momento
-Apoyarnos en el Señor
es caer en la cuenta de que, muchas de nuestras
infelicidades, es porque seguimos a líderes que
nos llevan por donde quieren pero no por dónde nos
conviene
-Fiarnos de Jesús
es no entender la fe como simple ocio. Como una
escala de sacramentos que vamos quemando a nuestro
antojo según, cómo y cuándo. Es vivir la fe con
una convicción: vivir como Cristo, pensar como
Cristo y actuar como Cristo.
4.- El gran peligro que actualmente se da en la
vida de millones de cristianos es ese: que vivimos
la fe no como un lugar donde se recupera nuestra
alma, nuestro cuerpo, nuestra salud mental o
espiritual sino que, por el contrario, la
experimentamos de una forma ociosa. Como si se
tratase de un juego, de una ganancia simple o de
un quedar bien. Nunca la fe oportunista ha sido
buena. Engañaremos con nuestras apariencias pero,
a Dios, no se la damos.
Teniendo estos lugares tan tranquilos ¿por qué
optamos por paisajes aparentemente idílicos pero
con consecuencias imprevisibles para las personas?
Javier Leoz
www.betania.es
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