Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "C" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
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MIÉRCOLES 14 DE SETIEMBRE DE 2022 LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
Celebramos hoy la Fiesta de la Exaltación
de la Santa Cruz, fiesta de acción de gracias: la glorificación de la cruz
de Cristo como signo de nuestra redención. Festividad que fue instaurada en
la Iglesia después que la emperatriz Elena encontró el verdadero leño de
nuestra redención y lo mandó colocar en la magnífica iglesia que hizo
edificar en el mismo lugar donde Cristo fue elevado en él: en el Calvario.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto
penitencial
El inmenso amor de nuestro Padre, que
supera totalmente nuestra inteligencia, se nos manifiesta plenamente en el
envío de su Hijo, para que muriendo en la cruz, nos obtenga el perdón de los
pecados. Cristo, por su exaltación, es decir su crucifixión y su
resurrección triunfante, nos ha regenerado, este es el plan realizado del
amor de Dios hacia los hombres. Pero esta salvación tiene que ser aceptada,
lo que supone para el cristiano, vivir de conformidad con las enseñanzas de
Jesús.
1ª. LECTURA: (Nm
21, 4b-9)
(Ver
texto)
Ya en este texto del Antiguo Testamento,
vemos en figura lo que en el Nuevo será realidad: Jesucristo levantado en la
cruz sobre la tierra será la vida para todos los hombres.
SALMO RESP.:
(77,
1-2. 34-38
)
(Ver texto)
R.
No olviden las proezas del Señor.
2ª. LECTURA:
(Flp 2, 6-11) (Ver
texto)
El camino seguido por Jesús para darnos
vida, fue rebajarse haciéndose como el más culpable, para que de su muerte
saliera la vida.
EVANGELIO:
(Jn 3, 13-17)
(Ver
texto)
En el santo Evangelio escuchamos a Jesús en
su diálogo con Nicodemo, en el que nos anuncia la voluntad de su Padre: que
el hombre tenga vida.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Conociendo
el amor de Dios, nuestro Padre, que no dudó en entregar su Hijo por nuestra
salvación, dirijámonos a Él con total confianza y sencillez, presentándole
esta oración por nuestras necesidades.
GUÍA:
A cada una de las
peticiones responderemos orando:
"POR
LA CRUZ DE TU HIJO, ESCÚCHANOS SEÑOR"
v
Señor y Dios nuestro, te
pedimos que por la proclamación de tu Iglesia y del Papa Francisco, podamos descubrir, aceptar y
vivir tu amor incondicional, que entregó a tu Hijo, para que compartiendo
nuestra condición humana, pudiéramos alcanzar la vida eterna, oremos... v
Padre de las
misericordias, te pedimos por la paz entre los hombres, para que se terminen
los derramamientos de sangre entre pueblos hermanos todos podamos alcanzar
una auténtica y definitiva paz, oremos... v
Señor de la vida, te
pedimos para que la Cruz de tu Hijo sea la que verdaderamente presida toda
la vida de nuestras familias, de nuestra sociedad y de nuestra Patria,
oremos... v
Padre todopoderoso, te
pedimos para que cada familia, cada hermano sufriente, encuentre en nuestro
amor y nuestra generosa ayuda, especialmente en este día, una razón para
seguir esperando, oremos... v
Dios de bondad, te pedimos
nuestra comunidad, para que meditando la realidad de nuestra propia cruz,
seamos capaces de asumirla y comprenderla, y así, aceptándola, iniciaremos
el camino de felicidad que nos llevará a la vida eterna, oremos...
CELEBRANTE:
Padre bueno, tú sabes
que realmente queremos seguir a tu Hijo, pero nuestras fuerzas y nuestra fe
a menudo fallan, por eso te suplicamos nos des tu Santo Espíritu, para que
nos fortalezca y haga realidad nuestro deseo. Te lo pedimos por Jesucristo,
nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
Al presentar ahora estos dones, le
expresamos a Dios, desde lo más profundo de nuestro corazón, nuestro sincero
compromiso a vivir con actitudes nuevas, comprometiéndonos realmente con las
necesidades de nuestros hermanos.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro
del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la
asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros")
Jesús nos llama, nos invita, a acompañarlo
en nuestro esfuerzo cotidiano, cargando nuestra cruz, esa cruz que como la
suya, será para nosotros fuente de resurrección y vida. Esta es la esperanza
que mueve nuestra plegaria de acción de gracias.
COMUNIÓN:
Hemos participado de la mesa de la Palabra,
ahora el Señor nos invita a la mesa que anticipa el Banquete del Reino: su
propio Cuerpo y Sangre. Entrando en comunión con Él, entraremos en comunión
con toda su vida, su lucha, su amor, su esperanza.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Terminamos nuestra celebración con un firme
convencimiento: que la fe que manifestamos tener, debe traslucirse
necesariamente en nuestro nuevo modo de vivir, ya que no basta creer en
Jesús, Él realmente debe presidir, con su cruz, cada acto y cada momento de
nuestras vidas.
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