Celebrando la Vida

en el

Nuevo Milenio

Guiones para la celebración de la Cena del Señor

Ciclo "B"

Miguel Ángel Osimani

EDICIONES BETANIA

 

 

DOMINGO 2 DE MAYO DE 2021

DOMINGO QUINTO DE PASCUA

 

PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Celebramos hoy el quinto domingo de Pascua; de este tiempo de gracia y de gozo que reaviva nuestra fe, acrecienta nuestra esperanza y nos profundiza en el amor: Jesús está con nosotros y una corriente de vida circula de Él, la vid verdadera, hacia nosotros, los sarmientos.

 

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

Jesús, en la imagen de la vid nos presenta la Iglesia, de la que Él es la cepa y nosotros los sarmientos que debemos formar una sola cosa con Él, ya que si nos separamos de Cristo perderemos la vida de la gracia, lo que verdaderamente significa la muerte espiritual. Cristo es la fuente y origen de todo apostolado, por eso, de nuestra unión vital con Él depende la fecundidad de nuestro apostolado.

 

1ª. LECTURA:  (Hch 9, 26-31)    (texto)

 

En esta lectura se nos presenta la situación de las primeras comunidades cristianas cuando Pablo visitó Jerusalén; si por un lado convivían en paz y se construían nuevas comunidades, por otro, los antiguos creyentes rehuían acoger a los nuevos convertidos.

 

SALMO RESP.:      (21, 26b-28. 30-32)    (texto)

 

                    R.   Te alabaré Señor, en la gran asamblea.

 

2ª. LECTURA:     (1 Jn 3 18-24)     (texto)

 

Acojamos con verdadero interés la exhortación del apóstol Juan a vivir una vida de amor real y práctico, porque éste es el mandamiento del Señor, y cumplirlo es tener la paz verdadera.

 

EVANGELIO:    (Jn 15, 1-8)    (texto)

 

Escuchemos ahora, en la proclamación del santo Evangelio, a Jesús que nos manifiesta la necesidad de estar realmente unidos a Él, como los sarmientos están unidos a la vid, si queremos dar buenos frutos.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Unidos a Jesucristo y por medio de su Espíritu, hagamos ahora esta plegaria confiada, recordando lo que antes nos ha dicho: "Si ustedes permanecen en mí..., pidan lo que quieran y lo obtendrán"..

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

 

"QUE DEMOS FRUTOS DE VIDA, SEÑOR"

 

v Porque queremos que el mensaje de Salvación que la Iglesia proclama, sea escuchado por todos los hombres y nos lleve a vivir en íntima comunión con Jesucristo y los hermanos, te pedimos...

 

v Para que, como en las primeras comunidades cristianas, nuestra comunidad diocesana, junto a nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, camine siempre guiada por el Espíritu Santo, te pedimos…

 

v Para que en nuestra patria se viva en una auténtica justicia social y nos haya más familias sin trabajo, sin techo o injustamente marginadas, te pedimos...

 

v Para que los que están sufriendo en sus cuerpos o en sus espíritus, encuentren en nosotros, esa misma caridad que era el signo distintivo de las primeras comunidades cristianas, te pedimos…

 

v Para que toda nuestra comunidad, como sarmientos del Señor, demos verdaderos frutos de vitalidad divina, y así todos los hombres puedan ver en nosotros a Cristo, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

 

Padre bueno, te rogamos nos concedas la gracia de permanecer en tu amistad a fin de dar fruto y realizar lo que con fe te hemos pedido. Por tu Hijo que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

La ofrenda que ahora el Señor espera de cada uno de nosotros, es nuestra disposición a ser los sarmientos unidos vitalmente a su Hijo, la Vid verdadera.

 

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

 

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

 

Con la firme convicción de que Jesucristo está realmente presente en esta comunidad de fe, realicemos ahora, todos juntos, la acción de gracias por su amor renovador.

 

COMUNIÓN:

 

Es el mismo Jesús quien nos dice: "Tomen y coman porque éste es mi cuerpo entregado por ustedes". Por esto, los que tenemos fe y queremos vivir de verdad como Él nos enseña, nos acercamos llenos de alegría y confianza en su palabra de vida, a recibirlo sacramentado.

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

 

Hermanos:

Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

 

Creo Señor mío que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo

ardientemente recibirte dentro de mi alma;

pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si te hubiese recibido, me abrazo

y me uno todo a Ti;

Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.

Amén.

 

DESPEDIDA:

 

Dios hoy nos sigue hablando y pidiéndonos, de muchas formas, que sigamos dando los frutos que el Evangelio reclama: responder con prontitud y con generosidad a su inmenso amor.