Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "C" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
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DOMINGO 4 DE SETIEMBRE DE 2022 DOMINGO 23º DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
Hermanos celebramos hoy el domingo vigésimo tercero durante el año. Y Jesús permanentemente nos recuerda que no es fácil ser su discípulo, por eso venimos a su celebración para escucharlo y pedirle su fuerza, su ayuda.
AMBIENTACIÓN: Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial
Necesitamos ser enseñados por Dios, ya que somos incapaces de conocer sus designios; y Él nos introduce en el mundo de lo divino, manifestando sus designios mediante su Hijo hecho hombre: Jesús, que nos enseña que es necesario amar a Dios con un amor absoluto, por encima de toda criatura, y que ocupe el primer puesto en nuestro corazón. Hoy Jesús nos llama a tomar conciencia que no es posible vivir el cristianismo a la ligera; la vida del discípulo exige aceptar el dolor y abrazar la cruz.
1ª. LECTURA: (Sb 9, 13-18) (Ver texto)
Esta lectura que vamos a escuchar nos habla de los
planes misteriosos de Dios sobre el hombre y su historia, invitándonos a
buscar las intenciones que Él tiene sobre cada uno de nosotros.
SALMO RESP.:
(89,
3-6.12-14. 17) (Ver texto)
R.
¡Señor, Tú has sido nuestro refugio!
2ª. LECTURA: (Flm
9b.10. 12-17) (Ver
texto) Esta breve carta de Pablo está dirigida no sólo a
Filemón, sino a todos; en palabras sencillas pero plenas de contenido
cristiano.
EVANGELIO: (Lc
14, 25-33)
(Ver
texto) Jesús, en dos pequeñas parábolas que vamos a
escuchar en el Evangelio de hoy, quiere invitarnos a una profunda reflexión
antes de decidirnos a la renuncia para seguirle.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Padre bueno, porque no sabemos dirigirnos a ti como
deberíamos, te pedimos humildemente que nos infundas tu Santo Espíritu, para
que él ore en nosotros.
GUÍA:
A
cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y DANOS FUERZAS EN TU SEGUIMIENTO"
v
Por la Iglesia y el Papa Francisco, para que en su voz escuchemos hoy al
mismo Jesús que nos llama a una fidelidad total a las exigencias del
Evangelio, a ir contracorriente y pedir a Dios fuerza para
seguir adelante, oremos... v
Por nuestra Iglesia diocesana, para que por el testimonio de nuestro
obispo
y nuestros sacerdotes, sea
ejemplo de una decidida opción por tu Hijo y su Evangelio,
con total disponibilidad y un compromiso de vida para seguirle, hoy y
siempre, oremos... v
Por nuestra querida patria, para que gobernantes y gobernados, asumamos el
compromiso de trabajar para que la educación sea uno de los pilares
fundamentales de nuestra nación y todos puedan acceder a ella, oremos... v
Por tantas familias que en nuestra
comunidad y en nuestra patria carecen de lo indispensable para vivir
dignamente, para que sientan tu amor de Padre en nuestra generosa ayuda,
oremos... v
Por todos los miembros de nuestra comunidad, para que dando testimonio de
que Dios es verdaderamente el centro de nuestras vidas, demostremos
con hechos concretos nuestro compromiso radical con la misión de su Hijo,
oremos...
CELEBRANTE:
Señor de misericordia, que despides a los ricos sin
nada y colmas de bienes a los pobres, escucha las plegarias de quienes
sinceramente desean se haga en todo tu voluntad. Te lo pedimos por tu Hijo
Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS: Seguir a Cristo, renunciando a todo, incluso a
nosotros mismos, es el ofrecimiento que ahora el Padre espera le presentemos
junto al pan y el vino para el Sacrificio.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro
del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la
asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros") Jesucristo nos ha liberado de la esclavitud para que
seamos realmente libres. Este es el mensaje que los cristianos debemos
proclamar y vivir. Con el aliento que nos da el sentirnos libres, hagamos
nuestra acción de gracias.
COMUNIÓN: Después del signo de la paz que expresa nuestra
firme voluntad de amarnos los unos a los otros como Cristo nos amó, podemos
unirnos a Él en la comunión, para que crezca en nosotros la fuerza de la
vida cristiana.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Ser discípulos de Cristo nos exige el jugarnos
totalmente por los demás, viendo en ellos al mismo Cristo y sintiendo sus
necesidades como propias.
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