Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "C" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
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DOMINGO 24 DE JULIO DE 2022 DOMINGO 17º DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
Cada vez que celebramos la Eucaristía, como la de este domingo décimo séptimo durante el año, estamos celebrando gozosamente la Pascua del Señor, con el compromiso de dar testimonio, de comunicar la Buena Nueva, sintiendo la necesidad de entrar en comunión y diálogo con los hombres que necesitan conocer a Dios.
AMBIENTACIÓN: Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial
Hoy el Señor nos enseña a orar, a dirigirnos a
nuestro Padre, con humildad y confianza filial, sin descanso,
insistentemente, en un diálogo amoroso de apertura y aceptación de la
voluntad de Dios, que no siempre coincide con nuestros deseos. Y esta
oración siempre es escuchada por nuestro Padre bueno, ya que Él espera
nuestra respuesta al amor que constantemente nos ofrece. La oración del
hombre justo atrae la misericordia y obtiene el perdón de los demás.
1ª. LECTURA: (Gn
18, 20-21. 23-32)
(Ver
texto)
Este modelo del Antiguo Testamento, es un modelo del
diálogo de amigo con Dios, es un modelo de cómo Él está siempre dispuesto a
escucharnos.
SALMO RESP.:
(137, 1-3.
6-7a. 7c-8) (Ver texto)
R.
¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué!
2ª. LECTURA: (Col
2, 12-14) (Ver
texto)
El Apóstol nos manifiesta que en Cristo, Dios nos ha
perdonado y nos ha dado la verdadera vida.
EVANGELIO: (Lc
11, 1-13)
(Ver
texto) Hoy, en el santo Evangelio, es el mismo Jesús quien
nos enseña cómo dirigirnos a nuestro Padre del Cielo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Queridos hermanos, siguiendo las palabras de Jesús,
que nos enseña que debemos orar siempre, insistentemente y sin desanimarnos,
presentemos al Padre nuestras necesidades.
GUÍA:
A
cada una de las peticiones responderemos orando:
"PADRE, ESCÚCHANOS Y ENSÉÑANOS A ORAR"
v
Padre nuestro, para que en la Iglesia y en el mundo, se escuche el llamado
del Papa Francisco y los que tienen más recursos y los poderes públicos, no se
cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario, no permaneciendo
indiferentes ante las desigualdades existentes, te pedimos…
v
Para que nuestra Iglesia diocesana salga a la calle, rechazando todo
lo que sea mundanidad, instalación o comodidad y el estar encerrados en
nosotros mismos, te pedimos...
v
Para que en nuestra patria, los ancianos no claudiquen de ser la reserva
cultural de nuestro pueblo, que transmiten la justicia, que transmiten la
historia, los valores y la memoria del pueblo, te pedimos…
v
Para que tantas familias que se encuentran sufriendo necesidades que les
impiden vivir dignamente, encuentren el acompañamiento de tu amor y bondad
infinita, en nuestra ayuda fraterna, te pedimos…
v
Para que toda nuestra comunidad sea
insistente en la oración,
pero
también esforzada
en el amor fraterno
y
valiente en el anuncio del Evangelio hecho desde el testimonio de
nuestras
vidas,
te pedimos...
CELEBRANTE:
Escucha, Padre, las plegarias que te
hemos presentado, tú que eres nuestro auxilio. Atiende nuestros anhelos y
danos todo aquello que no nos atrevemos a pedirte. Por Cristo, nuestro
Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS: Presentemos ahora, sobre la mesa del altar, un
sincero deseo de establecer con nuestro Padre, un auténtico diálogo de amor,
en una verdadera disponibilidad de aceptación plena de su voluntad.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro
del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la
asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros") El Señor escucha siempre a su pueblo; el Señor nos
bendice siempre con su infinito amor. Por ello ahora que renovaremos una vez
más el mayor don de su bondad, démosle gracias con alegría.
COMUNIÓN: El entrar en una íntima comunión con Cristo nos
implica entrar también en una íntima y verdadera comunión con todos y cada
uno de nuestros hermanos, y así toda nuestra vida se hace una auténtica
oración a Dios.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Cada Eucaristía en la que participamos debe producir
en nosotros verdaderos frutos, y el de hoy debe ser una mayor y mejor
participación del momento más importante para dialogar con el Señor: la
liturgia eucarística. Así, viviéndola plena y conscientemente, será la
fuente de toda oración y la garantía de su autenticidad. |
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