Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "A" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
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DOMINGO 29 DE ENERO DE 2023 DOMINGO 4º DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
Celebramos el domingo cuarto durante el año, y lo
hacemos celebrando la Cena del Señor; este banquete al que nosotros hemos
sido invitados, y participar de él es sentir la necesidad de vivir como
pobres, como verdaderamente necesitados, ya que los ricos, los satisfechos,
no encontrarán su lugar en esta Cena.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto
penitencial
Hoy la Palabra de Dios nos predica el mundo al revés; nos
invita a cotejar nuestras vidas, nuestros criterios, con estos nuevos
valores presentados por Jesús, que desconciertan a cuantos no creen en el
Reino de Dios. Hoy el Señor convoca a los sencillos y humildes, a los
débiles a los ojos del mundo, a los que se sienten pequeños aún en medio de
riquezas, como condiciones indispensables para entrar a gozar de su Reino de
vida.
1ª. LECTURA: (Sof
2, 3; 3, 12-13))
(Ver
texto)
Ya en el Antiguo Testamento se nos manifiesta que es
necesario buscar la justicia, la humildad, hacer la voluntad de Dios, como
condiciones indispensables para encontrar refugio en el Señor.
SALMO RESP.:
(145, 7-10) (Ver texto)
R.
Felices los que tienen alma de
pobres.
2ª. LECTURA:
(1 Co 1, 26-31) (Ver
texto)
San Pablo comprendió perfectamente la alteración de valores
originada por la venida de Cristo. A partir de ella, Dios ha escogido lo
débil de este mundo.
EVANGELIO:
(Mt 4, 25--5, 12)
(Ver
texto)
El Señor hoy nos habla de la pobreza, pero no bajo el
aspecto formal de la carencia de bienes, sino de su actitud interior. Hoy
Jesús declara a los que tienen esta actitud, como verdaderamente dichosos.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Porque nos sabemos pobres
y necesitados, dirijamos ahora nuestra oración a Dios, nuestro Padre, para
que Él atienda nuestras necesidades y las de nuestros hermanos.
GUÍA:
A cada una de las
peticiones responderemos orando:
"PADRE,
ESCÚCHANOS Y DANOS HUMILDAD DE CORAZÓN"
v
Padre bondadoso, te pedimos por la Santa Iglesia y el
Papa Francisco, para que por su testimonio y abriendo nuestro corazón a las
bienaventuranzas, a su realidad, a pesar de que no sean fáciles, todos los hombres reconozcamos la presencia de tu
Hijo, oremos... v
Señor de la vida, te pedimos por nuestros
obispos y nuestros
sacerdotes, para que con su ejemplo formemos Iglesias diocesanas
en las que
todos tengamos un espíritu de verdaderos pobres y lleguemos a serlo y con
esa forma de ser ayudemos, hasta despojarnos de todo, a los que menos tienen,
oremos… v
Dios todopoderoso, te pedimos por nuestra patria, para que
todos convirtamos nuestro corazón y nos comprometamos en la construcción de
una tierra donde reine la justicia, la fraternidad y la solidaridad, oremos… v
Padre rico en misericordia, te pedimos por los pobres, los
que tienen hambre, los sin techo, los abandonados, los explotados, los
injustamente marginados, para que encuentren en tu Hijo el camino hacia el
Reino del Cielo, oremos… v
Padre nuestro, te
pedimos por toda nuestra comunidad, para que llenemos nuestro corazón de
confianza en Dios y Dios llenará nuestro corazón de felicidad; una confianza
y una felicidad activa y humilde, orante y trabajadora, tal como nos han
enseñado, durante siglos, los verdaderos seguidores de Cristo, oremos…
CELEBRANTE: Dios
misericordioso, concédenos lo que con fe te hemos pedido, y dános tu
Espíritu para que con fortaleza y sabiduría, en medio de los bienes de este
mundo, sepamos buscar los del Reino del Cielo. Te lo pedimos por Jesucristo,
nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
Presentemos a nuestro Padre, junto al pan y el vino, una
sincera disposición a ser pobres de espíritu, aún en medio del consumismo de
este mundo, utilizando las cosas para ganar el Reino del Cielo.
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros")
Al elevar ahora, nuestro canto de acción de gracias al
Padre, por el gran don de su Hijo, hagámoslo también porque con Él nos ha
dado los auténticos valores para la Vida eterna.
COMUNIÓN:
El entrar en comunión con Cristo, nos exige entrar también
en comunión con nuestros hermanos, ya que todos somos alimentados por el
mismo Pan de Vida. Y esa comunión con nuestros hermanos, nos exige el sentir
sus necesidades como propias.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Nuestro
testimonio de que vivimos la Eucaristía en la que hemos participado, debe
ser el ofrecer ante el mundo, la verdadera imagen de personas que, a pesar
que sufren las contrariedades de esta vida, viven la alegría del Reino de
Dios.
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