Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "A" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
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DOMINGO 22 DE ENERO DE 2023 DOMINGO 3º DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
Queridos hermanos, en este día, el Día del Señor, nos
encontramos reunidos en su Nombre, y celebramos hoy el domingo tercero
durante el año, iniciando la lectura del Evangelio de san Mateo, que iremos
leyendo a lo largo de este año. El tema de este Evangelio se basa en
demostrar que Jesús es el verdadero Mesías.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto
penitencial
Hoy el Señor nos presenta el comienzo de la predicación de
Cristo, predicación que da comienzo con un llamamiento a la conversión,
manifestando que el Reino de los Cielos está cerca. Y junto a este
llamamiento, Jesús empieza a fundar su Iglesia, preparando su edificación,
construyendo progresivamente las columnas que habrán de sustentarla: busca
entre los hombres a sus primeros apóstoles: ellos serán los pescadores de
hombres. La respuesta que ellos le dan es la que el Señor espera hoy también
de nosotros.
1ª. LECTURA: (Is
8, 23b--9,3)
(Ver
texto)
Isaías proféticamente ve lo que
acontecerá con la llegada del Mesías: el pueblo que vive inmerso en la
ignorancia de Dios y en la esclavitud de sus propias tinieblas, recibe la
luz del Mesías.
SALMO RESP.:
(26, 1. 4. 13-14) (Ver texto)
R.
El Señor es mi luz y mi salvación.
2ª. LECTURA:
(1 Co 1, 10-14. 16-17) (Ver
texto)
El Apóstol nos exhorta a vivir unidos, a pensar, sentir,
estar de acuerdo en todos los aspectos de la vida cristiana, ya que es
inadmisible e indigno del discípulo de Cristo, el esta de división, de
discordia.
EVANGELIO:
(Mt 4, 12-23 )
(Ver
texto)
El Señor hoy nos manifiesta la prontitud con la que
responden los que Él ha llamado: no discuten, sencillamente reconocen a
Cristo y dejando todo, lo siguen.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Y ahora queridos hermanos, con la confianza que el
Padre nos escucha, con toda humildad presentémosle las necesidades de la
Iglesia, del mundo, de los hombres y nuestras propias necesidades.
GUÍA:
A cada una de las
peticiones responderemos orando:
"PADRE,
ESCÚCHANOS Y DANOS TU LUZ"
v
Porque queremos que todos los hombres del mundo, siendo uno
alrededor de la Iglesia de tu Hijo y del Papa Francisco,
respondamos a su llamada en la tarea de rescatar a los hombres y mujeres de
este mundo por las redes liberadores de Cristo, te pedimos... v
Porque queremos que nuestra comunidad diocesana, bajo la
guía de
nuestro obispo y nuestros sacerdotes, responda al llamado de tu Hijo y
descubra que a todos se nos encomienda algún servicio para llevar el mensaje de
salvación a todos los hombres, te pedimos… v
Porque necesitamos que nuestra patria se convierta en una
tierra en donde todos busquemos ansiosamente el diálogo, el encuentro, la
convivencia, que nos permitan construir una verdadera patria de hermanos,
te pedimos… v
Para que todos los que se encuentran sufriendo, en sus
cuerpos o en sus espíritus, por nuestras actitudes concretas encuentren un
motivo para seguir esperando,
te pedimos… v
Porque queremos que toda
nuestra comunidad, escuchando el llamado de tu Hijo a convertir nuestras
vidas, lo siga decididamente en la tarea de la extensión de tu Reino, y la
conversión de este mundo, que aparentemente reniega de Dios, te pedimos…
CELEBRANTE:
Señor y Dios nuestro, escucha favorablemente estas
súplicas y concédenos, por sobre todo, lo que hoy hemos pedido en nuestra
respuesta a tu Palabra: vivir en tu Casa todos los días de nuestra vida,
para gozar de tu Santo Templo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
Presentemos al Padre, junto con los dones del pan y del
vino, nuestro compromiso a continuar sin descanso la obra de nuestra
conversión, para seguir a Cristo y ser pregonero de la Buena Noticia.
Al término del “Lavatorio
de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la
oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros")
Demos gracias a nuestro Padre del Cielo, porque ha hecho
brillar la luz de Cristo sobre las tinieblas del pecado en que vivimos, y
porque Él nos ha llamado a trabajar en la extensión de su Reino.
COMUNIÓN:
Hemos escuchado hoy lo que el Señor nos dice: "Conviértanse,
porque el Reino de los Cielos está cerca". Participemos ahora del banquete
de su propio Cuerpo y Sangre, que nos anticipa ya ese Reino.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Esta
Eucaristía dominical no puede ser para nosotros una mera obligación
personal, sino que debe ser un momento de encuentro con Dios y con los
hermanos, del que nace un compromiso: ser testigos de la resurrección de
Cristo con nuestras propias vidas renovadas.
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