Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "A" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
|
DOMINGO 29 DE OCTUBRE DE 2023 DOMINGO 30° DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
Celebramos hoy el
domingo trigésimo durante el año, y nos reunimos para la celebración
del misterio de nuestra salvación. El misterio de Cristo, verdadero Dios
que, ocultó su gloria en la oscuridad de la pobreza y de la cruz y, hasta su
retorno mantiene oculta su gloria en la persona de los pobres y humillados,
en quienes queda presente entre nosotros de una manera singular.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto
penitencial
El Señor nos recuerda la
ley fundamental que tenemos como Pueblo de Dios: el amor a Él y al prójimo
por amor a Dios. Y su palabra nos dice hoy muy claramente, que es nuestro
deber el preocuparnos para que el mundo no olvide a Dios, aceptándolo y
amándolo por encima de todo; pero para que tampoco se olvide de cada uno de
los hijos suyos, sobre todo de los más pobres y necesitados.
1ª. LECTURA: ((Ex
22, 10-26)
(Ver
texto)
Ya en el Antiguo
Testamento, Dios se muestra severo en cuanto al amor al prójimo, amor que
debe hacerse servicio y ayuda generosa.
SALMO RESP.:
(
R.
Yo te amo, Señor,
mi fortaleza.
2ª. LECTURA:
(1
Tes 1, 5c-10) (Ver
texto)
San Pablo elogia a la
comunidad de los tesalonicenses, poniendo su ejemplo de vocación misionera
para todas las comunidades de todos los tiempos.
EVANGELIO:
(Mt
22, 34-40)
(Ver texto)
Escuchemos en el santo
Evangelio, al mismo Jesús que nos habla y nos manifiesta que el amor al
prójimo no es otra cosa, sino el mismo amor a Dios.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Y ahora queridos
hermanos, siguiendo las palabras del mismo Jesús, que nos enseña que debemos
orar siempre, sin desanimarnos, presentemos al Padre nuestras peticiones.
GUÍA:
A cada una de las
peticiones responderemos orando:
v
Padre, te pedimos por tu
Iglesia y el Papa Francisco, para que imitando su ejemplo descubramos que el
camino a tu Reino pasa por el amor a ti, y por ti el amor a cada uno de
nuestros hermanos, oremos… v
Padre, te pedimos para
que nuestra comunidad diocesana asuma el nuevo estilo de vida, con valores
nuevos que nos lleven a vivir en comunión con los excluidos, los marginados,
los preferidos tuyos, oremos, oremos… v
Padre, te pedimos por
nuestra patria, para que todos trabajemos decididamente para que en esta
tierra ya nunca más haya quien tenga hambre, no encuentren trabajo o no
tenga techo, oremos… v
Padre, te pedimos por
los que sufren, para que tomemos conciencia que tú eres el enfermo, el
hambriento, el que pasa frío, y que el amor hacia nuestro hermano necesitado
es el amor hacia ti, oremos… v
Padre, te pedimos por
nuestra comunidad, para que dejando de lado nuestros ídolos, y volviéndonos
hacia ti, que eres amor, te amemos en cada uno de nuestros hermanos, oremos…
CELEBRANTE:
Padre bueno,
agradeciéndote tu amor, te pedimos que acojas favorablemente nuestras
súplicas, y siendo siempre fieles a tu amistad, vivamos permanentemente
según tu voluntad de amor universal. Te lo pedimos por Cristo, nuestro
Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
Este es el momento
preciso en que, junto al pan y el vino, debemos presentar al Padre, nuestro
sincero compromiso a amarlo por sobre todo, y amarlo especialmente en cada
hermano necesitado.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro
del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la
asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros")
Iniciamos ahora la gran
plegaria de acción de gracias; es el momento más importante de la Misa,
porque ahora proclamamos, dando gracias, el amor de Dios vivo, presente en
nuestras vidas.
COMUNIÓN:
Recibamos ahora el
Cuerpo del Señor, por el que entramos en una íntima comunión con Él y con
cada uno de nuestros hermanos que participan de este mismo alimento, que nos
anticipa ya, el banquete eterno.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Concluyamos nuestra
celebración con un compromiso: amar a Dios por encima de todo, convirtiendo
nuestras vidas para poder transformar la injusticia en justicia, la ausencia
de solidaridad en solidaridad, la desigualdad en fraternidad.
|
|