Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "A" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
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DOMINGO 3 DE SEPTIEMBRE DE 2023 DOMINGO 22° DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
Queridos hermanos,
nuestra vida cristiana consiste en seguir a Jesucristo. La Eucaristía que
vamos a comenzar, de este domingo vigésimo segundo
durante el año, es
un momento realmente importante para reafirmar y revisar este seguimiento,
que debe significarnos el arriesgar la vida por Dios y por la salvación del
mundo, que es la audacia del verdadero discípulo.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto
penitencial
El Señor nos llama hoy a
una actitud de fe viva, aún a pesar de nuestra debilidad; nos llama a
renovar nuestro modo de pensar sin tomar por modelo el mundo presente, sino
indagando cuál es su voluntad; nos llama a la renuncia a nosotros mismos, a
nuestras propias vidas, para ser testigos de lo que quiere Dios: seguir a
Cristo, tomar sobre nosotros, junto con Él, la carga de la salvación del
mundo.
1ª. LECTURA: (Jer
20, 7-9)
(Ver
texto)
El Profeta ya no se
pertenece, vive una vida que no es la suya; se trata de la realidad misma
del negarse a sí mismo para cumplir la voluntad de Dios.
SALMO RESP.:
(62, 2-6. 8-9)
(Ver texto)
R.
Mi alma tiene sed
de ti, Señor, Dios mío.
2ª. LECTURA:
(Rm
12,
San Pablo nos exhorta a
ofrecer nuestras vidas en medio de la renuncia, en orden al cumplimiento de
la voluntad de Dios.
EVANGELIO:
Jesús, en el santo
Evangelio, nos habla de la necesidad del sufrimiento y la renuncia a sí
mismo como condición indispensable para poder seguirlo
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Haciendo nuestros
los deseos y las necesidades de todos los hombres del mundo, presentémoslos
a nuestro Padre del Cielo, con filial confianza.
GUÍA:
A cada una de las
peticiones responderemos orando:
"SEÑOR,
ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"
v
Por la Santa Iglesia y
el Santo Padre, para que recibamos en nuestro corazón sus enseñanzas, que
nos guíen en el seguimiento de Jesús, y lejos de ajustarnos a los moldes del
mundo, busquemos por sobre todo, agradar a Dios, oremos… v
Por nuestro
obispo y
nuestros sacerdotes, para que su testimonio nos mueva a presentar nuestros
cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios, es decir, cargando con
nuestras cruces de cada día, oremos… v
Por la paz del mundo,
para que todos aquellos que tienen su responsabilidad, realicen sinceros
esfuerzos para encontrar caminos que terminen con todos los conflictos
bélicos, oremos… v
Por todos los que
sufren, por los que están solos, por los que menos tienen, para que en tu
Hijo encuentren la fortaleza para su dolor, y en nosotros, la caridad
fraterna que tanto predicamos, oremos… v
Por toda nuestra
comunidad, para que lejos de ajustarnos a los moldes del mundo y
descubriendo el verdadero valor del sufrimiento, sepamos renunciar a
nosotros mismos y busquemos, por sobre todas la cosas, agradar a Dios,
oremos…
CELEBRANTE:
Padre nuestro, te
pedimos que escuches nuestra plegaria y nos infundas tu Espíritu, para que
podamos ser fieles seguidores de Jesucristo, que vive y reina contigo, por
los siglos de los siglos.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
Nos ofrecemos ahora al
Padre, como hostias, como víctimas vivas y agradables a Él, y con el
compromiso de un verdadero seguimiento de Cristo.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro
del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la
asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros")
Juntos demos gracias al
Padre que ha querido estar al lado de los hombres y quiere nuestra verdadera
salvación.
COMUNIÓN:
Comiendo el pan de la
Eucaristía recibiremos la fuerza de Cristo para ser verdaderos discípulos
suyos, que quitemos las barreras que existen en nuestra vida y que nos
separan del amor a Él y a los hermanos.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
DESPEDIDA:
Hoy el Señor nos ha
dicho que el que quiera salvar su vida la perderá; nuestro compromiso, fruto
de esta Eucaristía, debe ser el aceptar con alegría, vivir según el plan que
Dios tiene sobre cada uno de nosotros, única manera de ser de los que,
perdiendo la vida por Él, realmente la encontraremos.
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