Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "A" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
|
DOMINGO 27 DE AGOSTO DE 2023 DOMINGO 21° DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
Celebramos hoy el
domingo vigésimo primero durante el año, y nos encontramos aquí
reunidos en comunidad, en familia, ya que el Señor ha enviado a su Hijo para
salvarnos en su Iglesia, que es la familia de los hijos de Dios.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto
penitencial
El mismo Dios nos revela
la divinidad de su Hijo: verdadero Dios y verdadero Hombre. Y ese misterio
de Cristo se hace también presente en su Iglesia, recibiendo los Apóstoles
el carisma de pastores, presidiendo la vida de la Iglesia en nombre de
Cristo, quien constituye a san Pedro como cabeza visible de ella,
confiándole plenos poderes y asegurándole que ratificará desde el cielo,
cuanto él haga en la tierra.
1ª. LECTURA: (Is
22, 19-23)
(Ver
texto)
El Profeta nos muestra
cómo Dios designa personalmente al que va a gobernar a su pueblo,
otorgándole el poder necesario para desempeñar su tarea.
SALMO RESP.:
(137, 1-3. 6. 8bc)
(Ver texto)
R.
Tu amor es eterno, Señor.
2ª. LECTURA:
(Rm
11, 33-36) (Ver
texto)
El Apóstol nos
manifiesta que el amor de Dios es para nosotros como un abismo, imposible de
valorar en toda su profundidad y naturaleza.
EVANGELIO:
Escuchemos ahora, al
mismo Jesús, que nos manifiesta su poder, que como Hijo de Dios posee, y que
Él se lo comunica a su Iglesia, en la figura de su Vicario, el Santo Padre
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Queridos hermanos,
en nuestro deseo de que el mundo avance más y mejor hacia el Reino de Dios,
invoquemos confiadamente la luz y la fuerza del Señor, pidiéndole que
escuche nuestra plegaria.
GUÍA:
A cada una de las
peticiones responderemos orando:
"POR
TU HIJO, ESCÚCHANOS SEÑOR"
v
Padre de bondad, te
pedimos por la Iglesia y por el Papa Francisco, para que todos
los hombres reconozcamos en su presencia, la de Jesús, que hoy también a él
le dice: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, oremos… v
Señor de la vida, te
pedimos por nuestro obispo y nuestros sacerdotes, para que ejerciendo con
alegría el ministerio de pastores que les has encomendado, nos guíen en
responderle comprometidamente a tu Hijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios vivo”, oremos… v
Señor de la historia, te
pedimos por todos los que han consagrado su vida a tu servicio, para que
ella sea testimonio de entrega, fidelidad y alegría, que convoque a los
jóvenes y a las jóvenes, a seguirte con esa misma disposición, oremos… v
Padre de las
misericordias, te pedimos por los que sufren, por los más pobres, los sin
techo, para que encuentren en nosotros a verdaderos hermanos que están
realmente dispuestos a ayudarlos, oremos… v
Dios de todo consuelo,
te pedimos por toda nuestra comunidad, para que viviendo con el valor y el
coraje, a tiempo y a destiempo, de profesar que, Jesús es el Mesías, no
existan otros dioses, ni miedos ni temblores para profesar nuestra fe,
oremos…
CELEBRANTE:
Padre bueno, que eres el
Señor de la historia, atiende nuestras plegarias y anhelos, y danos más
esperanza para la vida. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
Junto al pan y el vino
nos ofrecemos nosotros mismos, en una sincera disposición a ser dóciles al
Espíritu de Jesús, que se nos manifiesta en nuestros Pastores y el Santo
Padre.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro
del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la
asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros")
Iniciamos con fe nuestra
acción de gracias a Dios; porque Él ha querido acoger la debilidad y pobreza
de los hombres, para convertirla en vida, libertad y amor.
COMUNIÓN:
En el Evangelio hemos
escuchado las palabras de Pedro reconociendo a Jesús, el Hijo de Dios;
palabras que ahora hacemos nuestras, en el momento de recibirlo
sacramentado, ya que nuestro Amén es precisamente un acto de fe en su
presencia, en ese alimento que se nos da.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
DESPEDIDA:
Retirémonos con un
verdadera compromiso: que nuestra vida concuerde con lo que hoy hemos
manifestado: que Jesús es realmente el Hijo de Dios y que Él mismo ha
designado a quienes deben presidir la vida de la Iglesia en su nombre.
|
|