Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "B" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
|
DOMINGO 11 DE JULIO 2021 DOMINGO 15º DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
La fe que celebramos cada domingo alrededor de la mesa en la que celebramos
la Cena del Señor, no es para ser vivida individualmente, ni al margen de la
vida de los hombres. Creer en la fuerza
liberadora del amor de Jesucristo nos ha de llevar a proclamar el Evangelio
por todo el mundo, con sencillez y confiando en la providencia del Padre del
Cielo y reflejando en nuestra propia vida, la de Jesús. Poniéndonos de pie
recibimos al celebrante que preside esta asamblea Eucarística de este
domingo décimo quinto durante el año.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto
penitencial
El Señor nos manifiesta cómo Él escoge en forma personal y
directa a quien llama para anunciar la salvación que realiza en Jesús, su
Hijo; llamado que es irresistible y que debe cumplirse a pesar de todas las
dificultades. Y Jesús envía a sus apóstoles, como sus representantes
personales, para que actúen con su poder y en su nombre, para hacer presente
su persona y sus enseñanzas a aun mundo enfermo que necesita la salvación. Y
hoy Él también nos envía a cada uno de nosotros como responsables de esa
tarea.
1ª. LECTURA: (Am
7, 12-.15)
(Ver
texto)
Este texto nos muestra cómo es el auténtico profeta, que no
se vende por nada ni por nadie, y su profecía, porque proviene de Dios,
resulta realmente incómoda, aún para aquellos que se creen los más
religiosos.
SALMO RESP.:
(84, 9ab. 10-14)
(Ver
texto)
R.
Muéstranos, Señor, tu misericordia,
y danos tu salvación.
2ª. LECTURA: (Ef
1, 3-14)
(Ver
texto)
Pablo eleva un cántico de acción de gracias a Dios, porque
en su benevolencia nos ha escogido desde toda la eternidad y nos ha
predestinado a ser sus hijos.
EVANGELIO: (Mc
6, 7-13)
(Ver texto)
En el santo Evangelio escuchamos ahora al mismo Jesús, que
concreta la actitud evangelizadora: dar con libertad y con sencillez.
Aclamémoslo cantando jubilosamente el Aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Elevemos ahora a nuestro Dios rico en misericordia, esta
oración humilde y sencilla de verdaderos hijos suyos, en la que le
suplicamos por la Iglesia y por todos los hombres, nuestros hermanos.
GUÍA:
A cada una de las
peticiones responderemos orando:
"PADRE, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"
v
Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que todos escuchemos en su palabra la misma de Jesús, que
hoy también nos manifiesta que nuestro mundo y cada uno de nosotros,
necesita convertirse y que tenemos que volver a revivir nuestro compromiso
cristiano, oremos... v
Por nuestro Obispo, para que tu Santo Espíritu lo ilumine y
fortalezca en su misión de guiarnos para que sepamos dar respuesta a tu
llamado, y formar así, una Iglesia diocesana verdaderamente responsable de
una nueva evangelización, de cara a dar respuesta a las necesidades de este
tercer milenio, oremos.. v
Por nuestra patria, para que ante esta situación que estamos viviendo, nos
unamos todos, con nuestra ferviente oración, para pedirte por la salud de
nuestro pueblo, especialmente por quienes están en mayor situación de
riesgo, oremos… v
Por los que sufren, los más pobres, los que no encuentran
trabajo, los sin techo, para que en tu Hijo encuentren la fortaleza, y en
nosotros, la caridad fraterna que tanto predicamos y que tan poco cumplimos,
oremos... v
Por nuestra comunidad, para que seamos verdaderos
discípulos de Cristo y compartamos con todos nuestros hermanos, el
don recibido: la Buena Noticia del amor de Dios y la presencia de Jesucristo
entre nosotros, oremos...
CELEBRANTE:
Padre, Tú sabes que nuestra plegaria es pobre y que nos
cuesta expresar nuestros anhelos. Mira pues, el deseo que tenemos de vivir
como verdaderos hijos tuyos y guíanos, a nosotros y a todos los hombres,
hacia tu Reino de amor, de justicia y de paz. Te lo pedimos por Jesucristo,
nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS: Estas ofrendas son
signo de la ofrenda personal que ahora le presentamos al Padre, y hoy más
que nunca debe ser nuestra disposición a ser quienes lleven su mensaje de
salvación a tantos hombres que aún no lo conocen o lo han abandonado.
Al término del “Lavatorio
de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la
oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros")
Jesucristo es la única y verdadera respuesta que todos los
hombres esperamos, por eso ahora, con gozo elevemos nuestra acción de
gracias por todo lo que él representa para nosotros.
COMUNIÓN:
En el Salmo le pedíamos al Señor que nos mostrara su misericordia, que es el
mismo Jesús; ahora, al acercarnos a comulgar, repitamos ese pedido para que
Jesucristo nos de fuerzas para vivir su Evangelio cada día.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión
Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que me separe de Ti.
DESPEDIDA:
Quien ha experimentado la presencia de Dios, ya no puede seguir viviendo sin
reflejar en su propia vida la de su Hijo, impregnando de Evangelio cada uno
de los ambientes donde transcurre su existencia, y confiando, por sobre
todo, en la providencia del Padre del Cielo.
|
|