Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "A" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
|
DOMINGO 2 DE JULIO DE 2023 DOMINGO 13º DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante
En este domingo décimo tercero durante el año, nos reunimos para celebrar
con fe y esperanza la acción de Jesucristo en nosotros, quien hoy nos
manifestará la tarea formidable que ha entregado a sus Apóstoles:
reemplazarle, manifestar su identidad con quien les envía, y recibiéndolos,
nos dirá que a Él mismo se lo recibe.
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto
penitencial
El Señor es claro en su exigencia: el amor a Él debe estar por encima e
cualquier otro afecto; y nosotros que creemos que Cristo es el Hijo de Dios,
debemos también amarlo más que a nada y a nadie. Y Él está misteriosamente
presente en todo hombre, y así, la caridad practicada con los demás, Cristo
la considera hecha a Él mismo, no dejando sin recompensa nada de lo que sea
hecho por Él.
1ª. LECTURA: (2Re
4, 8-11. 14-16a)
(Ver
texto)
En este relato vemos claramente cómo el Señor recompensa el favor hecho al
Profeta, ya que lo considera como hecho a Él mismo.
SALMO RESP.:
(88, 2-3. 16-19)
(Ver texto)
R.
Cantaré eternamente el amor del Señor.
2ª. LECTURA:
(Rm 6, 3-4. 8-11) (Ver
texto)
De nuestra unión con Cristo y nuestra muerte al pecado, depende nuestra
propia resurrección y nuestra vida para Dios.
EVANGELIO:
Jesús hoy nos exhorta a amarlo de tal manera, que seamos capaces de
renunciar a todo lo demás por fidelidad a Él..
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Después de escuchar la Palabra de Dios y
de reflexionar sobre ella, unámonos para nuestra Plegaria universal. Pidamos
con entera confianza a nuestro Padre, que escucha nuestras necesidades y las
de nuestros hermanos.
GUÍA:
A cada una de las
peticiones responderemos orando:
"TELO PEDIMOS, SEÑOR"
v
Padre eterno, te pedimos por la Santa Iglesia y el Papa
Francisco, para que presidiéndola en caridad, se edifique y crezca hasta
llegar a la plenitud total de Cristo, oremos... v
Te pedimos por el Episcopado de nuestra patria, para que guiados por ellos,
encaremos con responsabilidad, la nueva evangelización de nuestro pueblo,
oremos v
Te pedimos por la paz del mundo, para que los gobernantes y los pueblos de
todas las naciones, busquen una paz real y duradera, oremos... v
Te pedimos, que así como recibimos tu generosidad, sepamos compartir con los
que sufren, lo que Tú nos das, para que nunca más haya hermanos necesitados
de amor o de pan, oremos... v
Te pedimos que toda nuestra comunidad de testimonio de ser verdaderos
discípulos de tu Hijo, practicando una auténtica caridad con todos y cada
uno de nuestros hermanos, oremos...
CELEBRANTE: Padre
misericordioso, escucha estas peticiones por nosotros y por todos los
hombres. Y que tu amor y tu bondad, supla todo lo que falta en nosotros para
conseguir aquello que anhelamos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro
Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
Porque deseamos entregarnos totalmente al Señor,
renunciando a todo y a todos por fidelidad a Él, pongamos ahora este deseo
junto al pan y el vino, como expresión de esta entrega.
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de
"El Señor esté con vosotros")
El Padre nos ha dado un verdadero camino en Cristo. Pidiéndole que ésta, su
vida, esté cada vez más en nosotros, elevemos ahora nuestra plegaria de
acción de gracias.
COMUNIÓN:
Al acercarnos a la mesa eucarística, tomemos con alegría el pan que nos da
vida, teniendo muy presente las palabras que el Señor nos dirigió hoy en el
Evangelio: "el que me recibe recibe a aquél que me envió".
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al
término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Vivamos ahora en nuestros
hogares, esta enseñanza del Señor: la acogida no es una simple cortesía
humana, sino un deber gozoso que nos posibilita, en la fe, conectar y tocar
al mismo Cristo.
|
|